lunes, 27 de febrero de 2012


       LA FELICIDAD

      Hay un axioma que no se aparta de mi atormentada(?) mente: “No podrás hacer feliz a nadie si tu no lo eres”. Por tanto, no concibo el que una pareja pueda ser feliz si uno de ellos no lo es. Una pareja donde uno de sus integrantes no es feliz podrá llevar una convivencia pacífica y respetuosa e incluso podrán divertirse juntos..., pero la sombra de la infelicidad volará continuamente sobre sus cabezas.

      La carencia de felicidad puede deberse a diversas causas, unas más “influyentes” que otras, como p. ej.: ausencia de complicidad.

      Cuando los integrantes de la pareja empiezan a cuestionarse, el uno al otro, más actitudes (comportamientos, modos, opiniones, planes...) de las debidas..., malo. Tales “enfrentamientos” contribuyen a que la grieta entre ambos se expanda peligrosamente. La silente o equívoca “comunicación” aparece y la tensión se densifica..., situación, por lo general, difícil de remontar. El amor pude estar ahí, si..., pero este no siempre es compatible con una feliz convivencia, desgraciadamente.



      La felicidad es como encontrar “El Dorado”..., eso que te han dicho que existe, si..., pero que al parecer solo es una quimera, una ilusión, un espejismo..., un “cebo” que la vida te muestra para que tires hacia delante, pero que jamás alcanzarás.

      El supuesto “cebo” es aquéllo que uno desea y que, se supone, al conseguirlo te aporta felicidad. El “engaño” es que no hay un solo “cebo”, por que cuando consigues uno aparece otro... y otro... y otro...



      El quid de la cuestión, en lo que se refiere a la felicidad de la pareja, sería el de anhelar ambos el mismo “cebo”... y eso no es una quimera, es... lo siguiente.



      Y hasta aquí puedo escribir... por hoy.

      Salud, paz y amor.



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